domingo, 12 de abril de 2015

AYAMONTE - FRONTERA HISPANO LUSA.


Ayamonte bien se merece,   después de visitarlo  tres años , una sucinta y sencilla reseña.
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Pueblo acomodado a las orillas del Río Guadiana que lo separa de Portugal por su  lado W.

Su luminosidad brilla como un espejo reflejado en el Padre Guadiana,  Sus casas y calles blancas, 

sus callejones retorcidos y vericuetos,  casi hieren la vista por la luminosidad que derrochan .  

 La alegría y el carácter  alegre y abierto de sus gentes son notas  reseñables que se plasman en todos

y cada uno de sus rincones. Acogedores por naturaleza y amigos de la a alegría y el cante flamenco. 

Posee infinidad de bares y restaurantes donde degustar los pescaítos y toda clase de viandas del mar. 

Aquí la tranquilidad y el sosiego no tienen precio , se regalan y el tiempo parece detenerse .

Podemos pasear al atardecer por su paseo de la marina . Conocer su coqueto  puerto deportivo y 

recorrer sus parques o dejarnos embelesar  por una puesta de sol plácida acostándose el sol sobre el 

lecho del Guadiana. Todo esto y mucho más lo tiene sin medida Ayamonte. La Villa Luminosa.











Desembocadura del Guadiana entre Ayamonte ( España ) y Vila Real do Sto. Antonio ( Portugal )

























 Señorial y majestuosa plaza Mayor adornada de mobiliario de azulejos,  arabescos, ladrillos refractarios , preciosos enrejados y palmeral  fastuoso que le dan brillo y  solera.  Tomarse un helado a su sombra en días de estío abrasador , no tierne precio.











Muestra del arte constructivo local en el centro de la villa











Coqueto y sosegado embarcadero para yates de recreo resguardado de los rigores marineros  en un remanso del Guadiana













 Canales  navegables del Guadiana que reflejan la afición de sus lugareños con el mar y el arte de la pesca  deportiva.







 

 Monumento a la patrona de la Villa en el Parque moderno al lado de  los canales y parte nueva  de expansión de Ayamonte