No nos estaría permitido pasar por Sintra y no subir a conocer el Castelo dos Mouros.
En sus orígenes había una Alcazaba árabe , que una vez reconquistada dio lugar al primer asentamiento monárquico en esta zona. Servía de refugio a los monarcas y sus vasallos y a la vez de vigía para controlar el tráfico marítimo y terrestre por estas latitudes . Su asentamiento estratégicamente escogido no puede ser más acertado. Domina una extensísima y basta zona de terreno que llega hasta las costas atlánticas.
Por un buen paseo empedrado y ajardinado, recorremos un buen tramo entre grandes coníferas, que nos llevarán al control de entrada.
Por el camino encontraremos algunos pasadizos que servirían antaño de puestos de control de los que querían entrar en la fortaleza
En algún claro del bosque, y desde las murallas del Castelo dos Mouros, podemos , con ayuda del zoom, tomar vistas del estilizado Palacio da Pena que se asemeja a los castillos alemanes de Baviera.
Vistas de las murallas del Castelo dos Mouros desde la torre Principal .
Desde los torreones y murallas do Castelo dos Mouros , como si de una plataforma se tratara, podemos tener unas vistas de Sintra, a vista de pájaro, de lo más impresionantes. En el centro, Palacio Nacional de Sintra.
Patio interior do Castelo dos Mouros, lo que vendría a ser la Plaza de Armas del primitivo recinto.
Murallas y torreones do Castelo dos Mouros, Para recorrer todo el recinto es preciso tomarlo con calma y sin prisa y veremos todo el entorno desde diferentes puntos de vista,
Otra de las muchas vistas sugerentes de Sintra y su Comarca desde el Castelo dos Mouros.
Estilizada imagen del Palacio da Pena visto desde el Castelo dos Mouros. Sintra.
Las murallas siguen la orogénesis del terreno y deben subir y bajar según la topografía del lugar. No nos desesperemos y tomémoslo con calma. Es conveniente protejerse de los rayos solares y del viento que suele pegar muy duro, sobre todo en verano y días de calor o temporal atlántico. No olvidarse las cremas solares, gorras o pañueletas. etc.
A cada paso que subimos, la adrenalina va subiendo y bien merece una imagen, como esta, que vemos del Palacio da Pena enfrente del Castelo dos Mouros. Dos colosos frente a frente.
Tenemos el Parque de la Quinta da Regaleira a nuestros pies y toda la comarca de Sintra es de una belleza plástica que ni el mejor pintor nos podía obsequiar.
Todas la zona central está en plena remodelación y restauración y dotándola del mobiliario y servicios necesarios para una mejor acogida de grandes grupos de visitantes.
Las almenas que coronan todo el cresterío de la montaña son de una robustez y fortaleza grandiosa y con muy buena base para que no se desmoronen dado el escarpe donde están sustentadas.
La torre principal del Castillo , el último reducto a donde tenían que llegar los posibles conquistadores de la Fortaleza, y donde estaban los aposentos del rey el " santa santorum" del Castelo. Lo más inespugnable , casi imposible de llegar.
Toma desde la última atalaya del Castelo dos Mouros. Al fondo Sintra y parte de su comarca y zona de influencia.
La subida a estas escarpadas torres se hace , a veces pesada y monótona , pero deberemos ir despacio y pararnos a contemplar el maravilloso paisaje que tenemos a nuestros pies .
Torre inferior . Atalaya con vistas a Sintra .
Vista de la torre inferior y murallas que rodean todo el Castelo, las vistas desde aquí son espectaculares . El contraste del granito de las murallas con el verde de la naturaleza realza mucho más el conjunto.
Murallas y torres inferiores del Castelo dos Mouros . Podemos ver que lo escarpado del terreno ayuda mucho a realzar el monumento y su conquista, en tiempos de la Edad Media, se convertiría en una empresa casi imposible.
Aquí queda patente el contraste de la roca granítica de las torres y la forestación que invade todo el recinto
Un tupido y denso bosque, casi impenetrable, invade todo el recinto del Castelo. Podemos ver como los líquenes penden de los árboles como bellas cabelleras, debido a la humedad y a la constante aporte de lluvia , bruma y niebla del Océano Atlántico .
Otro contraste de piedra y grandes coníferas hacen del recinto algo majestuoso y salvaje pero con cierto toque de estar dominado y humanizado.
Y como colofón final vistas desde el último torreón al Palacio da Pena que lo tenemos siempre enfrente según vamos ascendiendo.
Por sus vistas espectaculares , por la historia que atesora, por el contacto con una naturaleza casi salvaje y porque sería una desconsideración os recomendamos visitarlo . Si os gusta la naturaleza y gozar de bellísimos paisajes, a vista de pájaro, no podéis perdéroslo. Dixit. CarlosNovo.