La comarca de la Vera es una de las zonas que posee mejor riqueza hortofrutícula y de productos agroalimentarios de toda la provincia de Cáceres.
Morfológicamente no muy escarpada y con abundante vegetación .
El régimen de lluvia , por la influencia atlántica es muy genereso, con inviernos no muy rigurosos y veranos de fuerte calor y humedad. Todo ello hace que tenga una gran variedad de productos y sea la despensa de Extremadura y el resto del país.
En esta zona ribalizan por la calidad y cantidad de las cerezas con su vecino valle del Jerte, pero aquí la variedad y diversidad de productos de la huerta es mas diverso y variado.
Situado en la confluencia de varios torrentes y gargantas, donde podemos hacer rutas de senderismo y naturalismo para todos los gustos.El nucleo de población más importante es GARGANTA LA OLLA. Bonito pueblo abigarrado en torno a su principal edificio , la iglesia.
En verano tiene unas piscinas naturales prodigiosas . Las Pilatillas. Podemos tener una espléndida vista desde el mirador de la Serrana.
Siguiendo la carretera de Yuste debemos parar en el mirador de la SERRANA.
Aquí encontramos la estatua de una mujer sobre pedestal y bola de piedra . Firme y seria mirando fija para su pueblo : Garganta La Olla .
Entre leyenda e historia , se cuenta que Isabel de Carvajal fue abandonada en el altar por el sobrino del obispo de Plasencia. Y obligada a casarse con quien no quería. Despechada por el hecho se retiró al monte.
Allí engatusaba a los hombres y los mataba, De ahí que la veamos vestida de serrana con puñal a la cintura y saeta al hombro. Curiosa historia y leyenda.
Las vistas desde aquí del pueblo de Garganta la Olla y del contorno son magníficas.
Siguiendo la carretera llegamos al Monasterio de Yuste. Austero y sin grandes oropeles arquitectónicos. Vemos su claustro principal.
Uno de los claustros. Este Monasterio de Yuste es famoso por ser el lugar de retiro del Emperador Carlos V.
Es un lugar sobrio y donde se respira un gran clima de serenidad y sosiego.
No es de extrañar que el Emperador Carlos V lo eligiera como lugar de descanso y de retiro de toda su azarosa y convulsa vida de guerras y mil batallas.
Está muy bien conservado y tiene, dentro de su austeridad, unos jardines preciosos y la hiedra prensil de sus balconadas le da un toque de misterio, arcaico y melancólico.
En estas solanas orientadas al sur- este vivió los últimos años de su vida el Gran Emperador Carlos V.
Las estancias imperiales del ilustre huésped no se pueden fotografiar por las pinturas, murales y tapices que las decoran, pero dan la sensación de que las habitó una persona cansada y mística, que agitaba su alma con una vida atormentada en sus últimos años. Umbrías y oscuras, casi dan miedo.
Lo más llamativo es su iglesia , que tampoco nos dejan fotografiar.
Una escalinata accede por encima del presbiterio y por un pasadizo elevado se comunica con la gran alcoba Imperial. De esa forma, el Emperador, pasaba directamente desde sus aposentos a la iglesia.
Busto del Gran Emperador Carlos V
Detalle del enrejado de las estancias imperiales y conventuales de Yuste.
Gran piscina de los jardines del Monasterio de Yuste. - Estaba en obras. - Piscina- estanque de enormes dimensiones , para la época en que fue construida.
Observaréis que tiene una gran rampa de entrada. Por ahí bajaba el gran Emperador a bañarse sin bajarse de su caballo.
Muchos Emperadores y reyes tienen sus estrafalarias conductas y manías y el Gran Emperador Carlos V no iba a ser menos, por eso se hizo construir una piscina monstruosa para bañarse montado en su caballo. Eso es lo que dice la historia. Yo más bien creo que fuera motivado al estado mental de su vejez en decadencia. Ver para creer.
Bonitos jardines, dentro de su austeridad, adornan los exteriores del Monasterio.
Sencillez y simplicidad para el retiro del mayor Emperador que tubo España.
Lugar donde salía Carlos V a solazarse y cargar pilas. Rampa de entrada a los reales aposentos, para no bajarse de su caballo.
Monacal y sencilla entrada a la iglesia del Monasterio de Yuste.
Desde Yuste nos dirigimos al encantador pueblo de Jarandilla de la Vera.
Aquí vamos conocer este coqueto y precioso pueblo que casi podríamos compararlo a un vergel.
Además de varias iglesias y monumentos tiene un precioso castillo donde se ubica actualmente el Parador de Turismo.
Este castillo fue entregado por Enrique II a los Álvarez de Toledo en 1369
Después pasaría a los Condes de Oropesa y más tarde a la Casa de Alba.
En el 1556 fue habitado durante algún tiempo por el Emperador Carlos V mientras no le acondicionaban sus estancias imperiales en el Monasterio de Yuste.
Todo el Castilllo - Parador está muy bien conservado con una decoración sobria pero elegante y de época.
Los exteriores están ajardinados y por la parte trasera tiene unas grandes piscinas y lugares de ocio.
En verano, los habitantes de Jarandilla y los turistas que visitan la zona, gozan de grandes veladas en un marco incomparable de frescura y belleza.
Piscinas exteriores del Castillo y lugares de ocio veraniego.
Cuidados y muy elaborados jardines rodean todo el castillo de Jarandilla de Vera
Parte trasera del Castillo - Parador de Jarandilla de la Vera.
Patio parking del parador de Jarandilla de la Vera.
Rampa de subida a la entrada del Castillo - Parador de Jarandilla de Vera.
Entrada el Castillo - Parador de Jarandilla de la Vera. Sobriedad dentro de su grandiosidad. Elegancia a medida sin mayores pretensiones.
Jarandilla de la Vera. Jardines e iglesia que fue Monasterio - colegio de san Agustín.
Escudo de armas a la entrada del Castillo - Parador de Jarandilla de la Vera.
Entrada pasadizo recibidor al interior del patio del Castillo - Parador de Jarandilla de la Vera.
Otro rincón del interior del patio del Castillo - Parador de Jarandilla de la Vera. Aquí todo es armonioso y de un gusto decorativo exquisito sin estridencias.
Exquisita decoración del interior del patio del Parador de Jarandilla .La combinación de la piedra, las grandes palmeras y los forjados del mobiliario crean un lugar con una atmósfera de paz y tranquilidad armoniosas. Muy bonito lugar de relax.
Nuestra estancia, por estas tierras de la Vera y regadas por las aguas del Tiétar, ha sido de lo más placentera.
Ya hacía mucho tiempo que teníamos proyectado visitar estos lugares , pero nuestra impresión no puede ser más positiva.
Toda la comarca de la Vera es una zona preciosa salpicada de numerosos encantos y pueblos. Con un paisaje verde e infinidad de lugares para hacer senderismo, que es lo que nos gusta,
y con zonas de gargantas y ríos para explorar y descubrir.
Los pueblos y lugares visitados se merecen una vista por lo mucho que nos ofrecen, seguro que no os arrepentiréis.
Proponemos que volveremos más pronto que tarde para descubrir muchas otras cosas que quedaron sin tocar por falta de tiempo. DIXIT.
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